Parroquia de los Santos Leandro e Isidoro, obispos de Sevilla.
Mártir Urpasiano el Senador, en Nicomedia, al ser quemado vivo (c. 305); Los Santos Cuarenta Mártires de Sebaste (320): San Cesáreo de Nacianceno (Cesarios el Doctor), hermano de San Gregorio el Teólogo (369); San Paciano, obispo de Barcelon
PRIMERA ANTÍFONA
- Reina el Señor, -revestido de majestad, el Señor se ha revestido, se ha ceñido de poder.
¡Por las intercesiones de la Madre de Dios, Salvador sálvanos!
- El mundo está firmemente establecido. ¡No se moverá jamás!.*
- Los salvó de las manos del enemigo, los rescató del poder del adversario.*
- Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los Siglos Amén.*
SEGUNDA ANTÍFONA
- -Den gracias al Señor por Su misericordia y por Sus Maravillas en favor de los hombres.
¡Sálvanos, oh Hijo de Dios, que resucistaste de entre los muertos, a nosotros que te cantamos, Aleluya.!
- – Aclámenlo en la asamblea del pueblo, alábenlo en el concejo de los ancianos.*
- – Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su Misericordia. *
- – Llegue hasta tu presencia el lamento de los cautivos, preserva con tu brazo poderoso a los que están condenados a muerte.*
- -Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Seguidamente el himno de la ortodoxia
TERCERA ANTÍFONA
- Que el cielo y la tierra le alaben.
Nos prosternamos ante Tu Purísima Imagen, oh Bondadoso, suplicándote el perdón de nuestros pecados, oh Cristo Dios. Porque, por Tu propia voluntad, aceptaste ascender, por el cuerpo, a la Cruz para salvar, de la esclavitud del enemigo, a los que Tú habías formado. Por lo tanto, con agradecimiento, Te exclamamos: “Habías llenando a todos de alegría, oh Salvador; porque Tú has venido para salvar al mundo”.
- -Este es el día que hizo el Señor; alegrémonos y regocijémonos en él.*
- -Señor, Dios mío, te daré gracias a ti por siempre.*
TROPARIO DE RESURRECCIÓN (TONO 4)
Veneramos tu icono inmaculado, oh buen Señor, y te suplicamos que perdones nuestras ofensas, oh Cristo Dios nuestro. Por tu propia elección quisiste subir a la cruz en la carne, para liberarnos, a nosotros, a quienes creaste, de la esclavitud del enemigo. Por eso te clamamos con gratitud: Has llenado todas las cosas de alegría, oh nuestro Salvador, al venir a salvar el mundo.
TROPARIO FIESTA ORTODOXIA
Nos prosternamos ante Tu Purísima Imagen, oh Bondadoso, suplicándote el perdón de nuestros pecados, oh Cristo Dios. Porque, por Tu propia voluntad, aceptaste ascender, por el cuerpo, a la Cruz para salvar, de la esclavitud del enemigo, a los que Tú habías formado. Por lo tanto, con agradecimiento, Te exclamamos: “Habías llenando a todos de alegría, oh Salvador; porque Tú has venido para salvar al mundo”.
TROPARIO DE SAN ISIDORO Y SAN LEANDRO, OBISPOS DE SEVILLA
Como maestros de virtudes y adornos de la Jerarquía, ¡oh San Leandro y San Isidoro!, la Iglesia os glorifica con himnos, por vuestras intercesiones, concedednos a los que os honramos con amor progreso en virtud y liberación de peligros
TROPARIO FIESTA MÁRTIRES
Los santos mártires sufrieron dolorosas torturas por tu causa, oh Señor; sé compelido por lo que soportaron y sana todos nuestros dolores, te rogamos, oh único Dios benévolo.
KONTAKION
Nosotros tus siervos, oh Madre de Dios te conferimos los laureles de la prenda de nuestra gratitud como un general que combate por nosotros y nos salva de terribles calamidades. Y como tienes un poder invencible, líbranos de los peligros de todo tipo, para que te aclamemos. Salve, Virgen y Esposa!.
ALELUYA Moisés y Aarón estaban entre tus sacerdotes y Samuel, entre aquellos que invocaban tu nombre ALELUYA Invocaban al Señor y Él les atendía, les hablaba en una columna de nubes. ALELUYA
PROKIMENON
Tú nos guardarás, oh Señor; Tú nos preservarás. Sálvame, oh Señor, porque el hombre santo ha cesado.
Lectura de la primera Epístola de San Pablo a los hebreos Hb 12:1-10
-Nos prosternamos ante Tu Purísima Imagen, oh Bondadoso, suplicándote el perdón de nuestros pecados, oh Cristo Dios. Porque, por Tu propia voluntad, aceptaste ascender, por el cuerpo, a la Cruz para salvar, de la esclavitud del enemigo, a los que Tú habías formado. Por lo tanto, con agradecimiento, Te exclamamos: “Habías llenando a todos de alegría, oh Salvador; porque Tú has venido para salvar al mundo”.
Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está sentado a la diestra del trono de Dios.
Fijaos en aquel que soportó tal contradicción de parte de los pecadores, para que no desfallezcáis faltos de ánimo. No habéis resistido todavía hasta llegar a la sangre en vuestra lucha contra el pecado. Habéis echado en olvido la exhortación que como a hijos se os dirije: Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor; ni te desanimes al ser reprendido por él. Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge.
Sufrís para corrección vuestra. Como a hijos os trata Dios, y ¿qué hijo hay a quien su padre no corrige? Mas si quedáis sin corrección, cosa que todos reciben, señal de que sois bastardos y no hijos . Además, teníamos a nuestros padres según la carne, que nos corregían, y les respetábamos. ¿No nos someteremos mejor al Padre de los espíritus para vivir? ¡Eso que ellos nos corregían según sus luces y para poco tiempo!; mas él, para provecho nuestro, en orden a hacernos partícipes de su santidad. AMÉN
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1:43-51
«Al día siguiente, Jesús quiso partir para Galilea. Se encuentra con Felipe y le dice: «Sígueme.» Felipe era de Bestsaida, de la ciudad de Andrés y Pedro. Felipe se encuentra con Natanael y le dice: «Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.» Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.» Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
¡GLORIA A TI SEÑOR, GLORIA A TI!
HIMNO A LA THEOTOKOS
En ti, Señora llena eres de gracia, se alegra toda la creación, las huestes de los ángeles y el género humano. Oh templo consagrado y Paraíso alegórico, vírgenes se jactan de ti. Porque Dios se encarnó de vosotros, sí, nuestro Dios eternamente existente se hizo hijo de vosotros. Hizo de tu vientre un trono, e hizo tu cuerpo más ancho que los cielos. En ti, Señora llena eres de gracia, se alegra toda la creación. ¡Gloria a ti!
Pregón SYNODIKON de la Ortodoxia
Del patriarca, san Metodio
Oda 1º. Eco 6º. Auxilio y Protector.
Hemos de entonar cánticos en acción de gracias a nuestro Dios, el Dador de todas la cosas. Es él Quién empuña el cuerno de nuestra victoria, el Reino glorioso, el Señor de la Ortodoxia. [Dos veces]
Pues se ha manifestado por todo el orbe la gracia divina, la gloria y el dominio se manifiestan, la Iglesia resplandeciente se gloría, revestida de blanco.
El ropaje del Cristo, rasgado por el mentiroso y asesino de Juan, ha sido remendado por los santísimo Padres, con la que han adornado a la Iglesia.
Vestida con el manto del Señor, la Iglesia festeja y baila con sus hijos, pues es suyo el manto de la victoria, los símbolos de la Ortodoxia.
Retuérzanse de vergüenza Lizix el maligno y Antón, con Juan y Teodoro, que ambos renegaron de la fe, odiosos todos, y despreciados.
Antaño fueron castigados, los líderes de la rebelión contra el profeta Moisés, la pareja, Iannes and Iambres; hoy se desvela la traición de Juan el mentiroso con Antón.
Descuajaste, O Cristo, las huestes de los enemigos de Dios, y has devuelto a tu Iglesia el manto resplandeciente, que en tu Sangre has lavado, pues eres bondadoso.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Contemplo tu misterio, O Trinidad, y adoro tu potestad divina; líbrame de todo mal, que te confieso, Padre e Hijo y Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Teotoquio.
Revestido de la carne de tu noble realeza, Dios se manifestó, O Virgen, entre los seres mortales en forma humana, doble en naturaleza, la semejanza de cuyo rostro veneramos.
Oda 3ª Haz, Señor.
Alegraos ante el espectáculo, noble coro de Padres y Apóstoles, de los fieles adorando ante los santos Iconos, que vosotros mismos nos habéis hecho llegar. [Dos veces]
Anuncie la Iglesia inmaculada: «He aquí el patrimonio de belleza y la prenda de mi vestuario, de la cual el infame Juan me hubo despojado.»
Retorceros, anárquicos seres, pues batalláis contra el Señor, que tomó carne y puede ser representado por el icono. Aunque sea sólo por su semejanza, nuestros besos son para el Señor.
La didáctica délfica del loco, Juan el desquiciado, con sus doctrinas perniciosas y enseñanza anárquica ¿quién repetirá?
¡Anatema sean Lizix y Juan, con Antón, y el vil blasfemo de Teodoro, además del psicópata de Teodoto!
Clama la Sangre derramada por el divino icono del Amo encarnado, la sangre que Juan hizo derramar.
El Señor ha desterrado a las tribus invasoras y ha devuelto a los suyos su patrimonio. ¡Gloria a su bondad!
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Adoramos con recta fe la Voluntad eterna y sin comienzo, el dominio y la soberana potestad de la Trinidad, y rechazamos para siempre a Ario.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Teotoquio.
Confesamos, que eres verdaderamente la Soberana que dio el nacer a Dios, y rechazamos las enseñanzas de Nestorio, ateniéndonos a las doctrinas de los Padres.
Oda 4ª. Escuchó profeta.
Cunda en ti la alegría, O Iglesia, y en cada comarca, pueblo y aldea. Ábranse los monasterios y sean adornadas los conventos. ¡Que sean veneradas dignamente las reliquias y los iconos de los santos Mártires.
Os convoca el Cristo, reuniros con esmero, vosotros divinos Padres, como los Apóstoles, y dad fe de la Encarnación, de sus milagros y su pasión, según enseña el Santo Evangelio.
Reuniros para festejar abiertamente, vosotros, pequeñas multitudes de niños monjes, pues los cobardes, aunque bien fuertes fueron, han sido castigados y el Señor ha desmentido todas sus burlas.
Han cesado las persecuciones, que fueron la sangre derramada de los Padres y su galardón, y ha terminado el exilio, se ha declarado la paz. La magia no surte efecto, pues Dios está en y entre nosotros.
Es amargura el fruto de la vid de la corrupción que extendía sus ramas malditas y, cuyo mosto era la bilis del demonio, de la cual el cáliz de la herejía forzaron a comulgar al pueblo del Señor.
Simoníacos, que violando la santidad de tu Santuario por la venta de bienes espirituales, y excomulgados y malditos sean Simón Mago, y con éste, sean Juan y Antón.
Arrojamos contra las perversas bestias y enemigos de Dios, contra el vil Antón, contra el satánico y maligno traidor Juan, el enemigo de la Iglesia, arrojamos tres anatemas contra estos feroces lobos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Adoramos, la Monarquía increada, Padre e Hijo y Espíritu Santo, cuya gloria entonan cantando los Querubines multiojos y los Serafines de seis alas: «Santo, Santo, Santo. Eres Trascendente y Todopoderoso».
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Teotoquio.
Eres el Santo de los Santos, por encima de todos los seres creados fuiste, Virgen Madre, la portadora en el vientre de tu Creador; veneramos la imagen de tu icono, O Alumbradora de Dios.
Oda 5ª. El despertar a medianoche.
¡Cristo vence! ¡La tierra se estremece! Acabada la persecución, el llanto de los siervos del Señor; y doquier se despliega la insignia de la Fe para la salud del mundo. [Dos veces]
Contemplamos el icono de la crucifixión y lo veneramos con todo amor, porque es a Cristo a Quién abrazamos en sus símbolos para venerarlos pero no adorarlos como ídolos.
Ha sido silenciadas la habladuría y la blasfemia de Lyzicos, que noche y día arremetió contra la divina Semejanza del Cristo y de los Santos.
¿Con que fin, gárrulos malditos, pronunciabais vuestro odio de la Figura inmaculada del Cristo encarnado y de todos los Santos? No insinuabais que nosotros los fieles somos idolatras.
Valiéronse de su sínodo de sacerdotes impíos, como instrumento de maldad contra Dios el Altísimo, como los judíos de antaño, Ananás y Caifás.
Que viene el día de vuestro juicio, O perversos herejes, y la compañía de los Padres serán los acusadores de vuestras almas ateas, los mismos Padres a los que les hicisteis deshilachar la carne de sus huesos.
Y todas las Iglesias clamarán y pregonarán que fuisteis vosotros quienes las privasteis de los santos iconos del Señor y de sus santos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Glorificado sea, que con tu Diestra sostienes el cosmos. Gloria a ti, Unicidad Tri-Hipostática, Padre e Hijo y Espíritu Santo, libra de todo mal a quienes te confesamos.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Teotoquio.
Eres la lámpara dorada de la virginidad, Soberana Señora y Virgen, y te ensalzamos porque diste el nacer a la Luz eterna y ahuyentaste la oscuridad de las tinieblas.
Oda 6ª. Desde las profundidades clamo.
Clamaron los insomnes monjes, como vigilantes de la Iglesia del Cristo, por la paz para la Iglesia, y sus peticiones suspiradas él atendió. [Dos veces]
El consenso de los Padres vence las trampas de los farsantes y por ello, el Dios, cuya Sustancia es incomunicable pero que encarnándose tomó forma humana, hoy es glorificado.
Retorceros de vergüenza, vosotros, los cómplices de la herejía. Sean despachurradas las tumbas de la corrupción como son Teodoto, Lizix y Teodoro, y con ellos Antón.
Os pronunciasteis, O bestias de hombres, contra el Amo, en lugar de ensalzarlo con himnos, arrojándole blasfemias, para desdeñar la veneración de los santos iconos.
Negaste la doctrina de los Padres, O Juan, enemigo de Cristo, y rehusaste de la tradición de los Apóstoles, con tus obras que apoyaban vuestro culto anárquico.
Tu humo como lágrimas ardía en los ojos de los fieles, O Juan chiflado, sin embargo éstas fueron enjuagadas por el soplo del aliento de los divinos Maestros.
Deshilaste el manto divino del ropaje de Cristo, como Ario, y por ello, has sido arrojado de la Iglesia al fango como un perro.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Glorifico una Única fuente de Deidad en Tres Hipóstases. Uno es Dios, Padre e Hijo y Espíritu Santo, aunque distintos sus Atributos y sus Personas.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Teotoquio.
Porque los profetas te revelaron ser la Ciudad de Dios, O inmaculada Doncella glorificada de Dios, de quién recibió nacimiento tu Creador, Aquél que te guardó inviolable antes y después de tu parto.
Oda 7ª. Somos pecadores.
La hoguera de las herejías, una vez consumidos los espiritistas entre los Caldeos, ha sido sofocado por el agua de la gracia divina, refrescando a los siervos de la Trinidad que durante 28 años hubieron sido abrasados en sus llamas. [Dos veces]
El Icono del Amo de todas las cosas adorna a la Iglesia, la reviste y la ornamenta, de acuerdo con los preceptos de Dios, mediante el icono de su encarnación y pasión, cuyos símbolos surten efecto en adelante y por siempre.
Celebra así el pueblo del Señor, la heredad cuyo nombre es Cristo festeja el resplandeciente talar cuya belleza es el Rostro divino, que siendo Dios, tomó como suyo al encarnarse humano para salvarnos.
El Logos encarnado padeció pobreza, hambre y sed, atributos de la naturaleza humana, mediante la cual se nos comunica, sin embargo en su Deidad oculta permanece impasible e incomunicable.
Han sido desterradas la monstruosidad y las brujerías del enemigo de Cristo, semejante a los griegos paganos, cuyos escritos, los justos han denunciado.
¿Quién se atreverá repetir tan peligrosas y dañinas doctrinas? ¿Quién se atreverá imitar los crujidos de tu tripa? Eres tú, a quien falsamente se la llama Juan, precursor del Anticristo Satanás.
No tendrías por qué ser llamado así, preferible sería te llamarían Pitágoras, Cronos, y Apolo, porque tu vida más bien imitaba la suya, siendo las impiedades tu disfrute.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Eterno, todopoderoso, incomprensible y todos los fieles alabamos a la Trinidad, el Padre e Hijo y Espíritu Santo, y los confesamos sin confusión, cantando: «Eres Santo, Santo, Santo, O Dios.»
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Teotoquio.
Soberana Señora y Madre Dios, eres el Puente salvador de los Cristianos, la esperanza de los fieles y su refugio, sólo tú eres el auxilio de todos y la salvación en todo peligro.
Oda 8ª. A Quién las Huestes celestiales.
Nosotros los fieles, nos regocijamos, como los profetas, y en este día nos hinchamos místicamente de alegría, día en el que Cristo el Logos devolvió su Manto a la Iglesia.
La pareja Lezix y Juan, el yugo de Beliar, empuñando el hacha de mal para dar sitio a la Iglesia, formaron las Huestes en rangos diversos contra el icono de Cristo.
¿Habrá quién no se apene ante la osadía de Juan? Que dio orden de apedrear al divino icono sobre el Portal Bronceado del palacio.
¿Cómo puede ser que no entiendas, ciego necio? ¿Serás corto? ¿No te enteras que todo cuánto existe bajo el firmamento se ve adornado con la huella del Cristo? Sólo tú compartías la mentalidad de los judíos.
Tuviste pensado aniquilar el Icono del Señor encarnado y de todos los santos de las santas Iglesias. Sin embargo, la Divina Providencia ha destituido tu tiranía.
El infame de Lezix, con Juan, pareja de traidores de la recta doctrina, osaron negarse a venerar las santa reliquias de los santos y abrazar sus Iconos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Adoramos la Divina Majestad en Tres Hipóstases, el Padre sin comienzo, el Logos y el Espíritu que con ellos irradia y los glorificamos en adelante y por siempre.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Teotoquio.
Soberana Señora y Madre Dios, eres el Puente salvador de los Cristianos, la esperanza de los fieles y su refugio, sólo tú eres el auxilio de todos y la salvación en todo peligro.
Oda 9ª. La concepción sin simiente.
¡Aplaudid, naciones todas! ¡Dados prisa, vosotros, coros de los Padres! ¡Convocados, ascetas y ermitaños monteses! Venid cuantos de antaño sufristeis persecución bajo el perverso de Juan, el calumniador, y arrojad vuestro desprecio contra la brujería y la superstición. [Dos veces]
Regocíjese el desierto con todo la tierra entera. Dejen deslizarse su dulzura las montañas. Alégrense los montes. Que Cristo, el Logos, concede al mundo la paz y a las santas Iglesias otorga la unidad de la fe.
Dios, el justo Juez, se pronuncia con libertad. Cristo se ha manifestado para que, mediante los iconos, los divinos Maestros puedan proclamar con atrevimiento la complacencia divina y representar con certeza la encarnación.
Cuan maravillosas tus proezas, Señor que tanto padeciste. ¿Quién podrá enumerar las obras de tu complacencia por la humanidad? ¿Quién no echaría a la hoguera a los calumniadores al contemplar los cadáveres de tus sacerdotes y ascetas asesinados por amor a tu santa Imagen?
Concede la paz a tu pueblo, Señor, tú que fijaste inconmovible a la Iglesia para que las puertas del infierno no prevalezcan ante ella, que con el himno unánime de tu gloria seamos dignos de adorarte y glorificarte.
Anatema sea todo aquél que no venera la huella de tu encarnación, O Amo. Malditos sean, sobre todo Juan con Antón y los perversos de Teodoro, Teodoto y los demás enemigos de la Fe.
Déspota, que diste la paz a tus Apóstoles, concédenos la tranquilidad a todos, con tu Diestra apacienta a tu rebaño dispersado y cuéntalos entre tus elegidos en tu santa Iglesia.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Gloria a la Majestad del Padre y del Hijo y del Espíritu, Una en Naturaleza de Tres Hipóstases, Esencia indivisible, Distinta cada Una las Personas, una sola Potestad singular, todopoderosa Soberanía sobre todo el cosmos al que sostiene.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Teotoquio.
Socorro, puerto y auxilio de todos, eres la Madre de Dios. Muéstrate complaciente con cuantos toman refugio en ti, intercediendo ante tu Hijo, que por el poder de su Diestra sean librados de los acechos del maligno. Porque eres Madre, y todo lo puedes.
A continuación, se da lectura al Tropario desde el ambón:
Adoramos tu inmaculado icono, Señor, Amigo del hombre, y confesamos nuestros pecados, Cristo Dios, que por tu propia voluntad te complaciste subir a la Cruz en la carne, para liberar a tus criaturas de su esclavitud al maligno, y cantamos en acción de gracia: «Colmas todas las cosas con gozo por tu venida, Salvador nuestro, para la salvación del mundo.»
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Otro Tropario. Eco 2º.
Se complace el coro de los profetas con Moisés y Aarón porque la Cruz, por la que nos has salvado, irradia cumpliéndose la profecía. Por su intercesión, Cristo, Dios nuestro, salva nuestras almas.
