Hieromártir Simeón el pariente del Señor , apóstol de los Setenta y obispo de Jerusalén (107); Mártir Antimo de Nicomedia, obispo (303); Mártir Popliono (Poplion, Popllon); Mártir Loliono el Nuevo (Longinus el Nuevo); San Pollión el Lector (Pollio), de Cibalis en Panonia, quemado vivo bajo Diocleciano (306); San Eulogio el Hospitalario de Constantinopla (siglo VI); San Nicon, abad del Monasterio de San Gerásimo (siglo VI); San Simeón el Estilita el Joven de Cilicia (Simeón el Nuevo Estilita).


PRIMERA ANTÍFONA

  • ¡Cantad al Señor con gozo toda la tierra!
  • ¡Cantad un salmo a Su Nombre, dad gloria a su alabanza!*
  • Decidle a Dios ¡qué temible son tus obras!*
  • Que toda la tierra te adore y te celebre, que cante un salmo a tu nombre, ¡oh altísimo!*
  • Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén..*

SEGUNDA ANTÍFONA

  • Que Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga
  • Que la Luz de su rostro resplandezca sobre nosotros y tenga misericordia sobre nosotros.*
  • Para conocer Tu camino sobre la tierra. Tu salvación en todas las naciones.*
  • Que el pueblo te confiese, oh Dios, que todo el pueblo Te alabe.*
  • Gloria al Pade y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén..

TERCERA ANTÍFONA

  • Levántese Dios, sean dispersados sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen.
  • Como disipa el humo, disípense, como se derrite la cera ante el fuego.*
  • Así perecen los impíos ante el Rostro de Dios, mas los justos se regocijarán.*
  • Este es el día que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos.*

CANTO DE ENTRADA

Bendecid a Dios en vuestras asambleas, bendecid al Señor, oh hijos de Israel.

APOLITIKION FIESTA – Del sepulcro sellado resurgiste, oh Vida, y estando las puertas cerradas entraste en medio de los discípulos oh Cristo Dios, Resurrección de todos, y renovaste en nosotros, por tu intermediación, el espíritu de la justicia según tu gran misericordia.

HIPACOI según tìpico Griego – Adelantándose al alba, las mujeres que estaban con María encontraron la piedra apartada del sepulcro y oyeron al ángel decirles: ¿Por qué buscáis como a un muerto al que mora en la luz eterna? He aquí el sudario. Corred y anunciad al mundo que el Señor ha resucitado, habiendo dado muerte a la muerte, porque es el Hijo de Dios, el que salva al género humano.

KONTAKION – Aunque descendiste al Sepulcro, Tu eres Inmortal; destruiste el poder del infierno y resucitaste como vencedor; oh Cristo Dios! Y dijiste a las mujeres miróforas: ¡Regocijaos! y a Tus apóstoles otorgaste la paz. ¡Tú que concedes la resurrección a los caídos!


Venid, regocijémonos en el Señor, Cantemos las Glorias de Dios nuestro Salvador.

Porque el Señor es grande, es el gran Rey de toda la tierra.


MEGALINARION

Nosotros te glorificamos con himnos, oh candelabro brillante, Madre de Dios y gloria resplandeciente, tú que eres más elevada que todas las criaturas.

CANTO DE COMUNIÓN Alaba al Señor, Jerusalén, celebra a tu Dios, Sión, Aleluya.


PROKIMENON

Grande es nuestro Señor, y grande es Su fuerza. Alabad al Señor, porque el Señor es bueno.

Hermanos: por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados.

Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; 18 y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública. Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida.

AMEN


Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!. Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes». Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: «Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan». Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: «¡Hemos visto al Señor!». El les respondió: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré». Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!. Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe». Tomas respondió: «¡Señor mío y Dios mío!. Jesús le dijo: «Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!. Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.