Santos Isaac, Dalmatus y Faustus, ascetas de la Dalmatiana Monasterio en Constantinopla; San Antonio el Romano, Abad, y Maravilla-trabajador de Novgorod; Hieromartyr Stephen, Papa de Roma.
PRIMERA ANTÍFONA
- Bendice alma mía al Señor, y todas mis entrañas a su santo Nombre.
- *Por las intercesiones de la Madre de Dios, Oh Salvador, salvanos (Repetido en cada verso)
- Bendice alma mía al Señor, y no olvide ninguno de sus beneficios.*
- El Señor preparó Su trono en cielo, y su reino gobierna sobre todo.*
- Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén*
SEGUNDA ANTÍFONA
- ¡Alabado sea el Señor, alma mía! Yo alabaré al Señor mientras viva; voy a cantar a mi Dios mientras yo exista.
- *Sálvanos, oh Hijo de Dios, que resucitaste de entre los muertos, a nosotros que te cantamos, Aleluya.
- Bienaventurado aquel cuya ayuda es la del Dios de Jacob; su esperanza está en el Señor su Dios.*
- El Señor reinará para siempre; tu Dios, oh Sión, por todas las generaciones.*
- Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
y seguidamente el himno de la ortodoxia…
TERCERA ANTÍFONA
- Este es el Dios que hizo el Señor, alegŕemonos y regocijémonos en él.
- Destruiste la muerte con tu Cruz y abriste al ladrón el Paraiso, a las Miróforas los lamentos trocaste y a tus apóstoles ordenaste predicar que resucitaste oh Cristo Dios otorgando al mundo la gran Misericordia.
- Que el cielo y la tierra te alaben.*
TROPARIO RESURRECCIÓN TONO 7
Destruiste la muerte con tu Cruz y abriste al ladrón el Paraíso a las Miróforas los lamentos trocaste y a tus apóstoles ordenaste predicar que resucitaste oh Cristo Dios otorgando al mundo la gran Misericordia.
TROPARIO DE SAN SERAFÍN DE SAROV
Armado divinamente con la pureza del alma y blandiendo la poderosa lanza de la oración incesante has traspasado los ejércitos de los demonios, ¡Oh San Serafín de Sarov, ruega sin cesar por todos nosotros!.
KONDAKION FIESTA
Te transfiguraste en el monte, oh Cristo Dios, y tus discípulos contemplaron tu Gloria según pudieron soportarla; para que, cuando te viesen crucificado, percibieran que tu Pasión fue voluntaria y proclamaran al mundo que Tú eres verdaderamente el Resplandor del Padre.
ALELUYA
Que bueno es alabar al Señor y cantar salmos a tu nombre. Oh Altísimo.
ALELUYA
Proclamar su amor por la mañana y tu fidelidad por la noche.
ALELUYA
PROKIMENON
El Señor dará fuerza a su pueblo; el Señor bendecirá a su pueblo con paz.Traed al Señor, oh hijos de Dios, traed al Señor gloria y honra.
Lectura de la Epístola del apóstol San Pablo a los Corintios 1:10-17
Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, yo los exhorto a que se pongan de acuerdo: que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir. Porque los de la familia de Cloe me han contado que hay discordias entre ustedes. Me refiero a que cada uno afirma: «Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, yo de Cristo». ¿Acaso Cristo está dividido? ¿O es que Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O será que ustedes fueron bautizados en el nombre de Pablo? Felizmente yo no he bautizado a ninguno de ustedes, excepto a Crispo y a Gayo. Así nadie puede decir que ha sido bautizado en mi nombre. Sí, también he bautizado a la familia de Estéfanas, pero no recuerdo haber bautizado a nadie más. Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar la Buena Noticia, y esto sin recurrir a la elocuencia humana, para que la cruz de Cristo no pierda su eficacia.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 14:14-22
En aquel tiempo, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, curó a los enfermos. Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: «Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos». Pero Jesús les dijo: «No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos». Ellos respondieron: «Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados». «Tráiganmelos aquí», les dijo. Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. En seguida, obligó a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud.
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