Virgen Mártir Pelagia de Tarso en Asia Menor (287); Hieromártir Albian (Olbian), obispo de Anaea en Asia Menor, y sus discípulos (284-303); Mártires Afrodisio, Leoncio, Antonio, Valeriano, Macrobio y otros 60 monjes en Escitópolis de Palestina (principios del siglo IV); Hieromartyr Silvanus de Gaza, obispo, y con él 40 mártires (311); San Hilario el Taumaturgo del desierto; San Nicéforo de Medikion, abad y fundador del Monasterio de Medikion (813); San Atanasio de Corinto, obispo (s. X-XI); Hieromártir Porfirio (250); San Curcodomo, diácono de Roma enviado para ayudar a San Peregrino (siglo II); Español Hieromártir Erasmo, obispo de Formia en Campania, y 20.000 mártires con él (303); San Nicéforo (el Solitario, el Hesicasta) del Monte Athos , maestro de San Gregorio Palamás (antes de 1300)
PRIMERA ANTÍFONA
- ¡Cantad al Señor con gozo toda la tierra!
¡Por las intercesiones de la madre de Dios oh Salvador Sálvanos!*
- ¡Cantad un salmo a Su Nombre, dad gloria a su alabanza!*
- Decidle a Dios ¡qué temible son tus obras!*
- Que toda la tierra te adore y te celebre, que cante un salmo a tu nombre, ¡oh altísimo!*
- Gloria al Pade y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.*
SEGUNDA ANTIFONA
- Que Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga
Sálvanos, oh Hijo de Dios que resucitaste de entre los muertos, a nosotros que te cantamos Aleluya.*
- Que la Luz de su rostro resplandezca sobre nosotros y tenga misericordia sobre nosotros.*
- Para conocer Tu camino sobre la tierra. Tu salvación en todas las naciones.*
- Que el pueblo te confiese, oh Dios, que todo el pueblo Te alabe.*
- Gloria al Pade y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén..
Seguidamente el Himno de la Ortodoxia
TERCERA ANTIFONA
- Levántese Dios, sean dispersados sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen.
Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su muerte y otorgando la vida, a los que yacían en los sepulcros.*
- Como disipa el humo, disípense, como se derrite la cera ante el fuego.*
- Así perecen los impíos ante el Rostro de Dios, mas los justos se regocijarán.*
- Este es el día que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos.*
CANTO DE ENTRADA
Bendecid a Dios en vuestras asambleas, bendecid al Señor, oh hijos de Israel.
Salvanos, oh hijo de Dios, que resucitaste de entre los muertos, a nosotros que te cantamos, aleluya!
TROPARIO DE RESURRECCIÓN (TONO 2)
Cuando descendiste a la muerte, Oh Vida Inmortal, mataste al hades con el rayo de tu divinidad, y cuando levantaste a los muertos del fondo de la tierra, todos los poderes, celestiales clamaron, oh dador de Vida Cristo Dios ¡Gloria a Ti!
TROPARIO DE LAS MIRÓFORAS (TONO 2)
El noble José de Arimatea, habiendo bajado tu cuerpo inmaculado de la cruz. Lo envolvió en una sábana limpia, lo ungió de aromas y lo depositó con cuidado en una tumba nueva, pero al tercer día resucitó el Señor, dando al mundo la gran misericordia.
KONTAKION MIRRÓFORAS (TONO 2)
Oh Cristo dios, cuando saludaste a las mujeres portadoras de mirra, pusiste fin a las lamentaciones de Eva, la primera Madre, y le dio instrucciones para anuncias a sus apóstoles que el salvador, se levantó del sepulcro.
TROPARIO DE SAN ISIDORO Y SAN LEANDRO DE SEVILLA
Como maestros de virtudes y adornos de la Jerarquía oh San Leandro y San Isidoro, la Iglesia os glorifica con himnos, por vuestras intercesiones, concedednos a los que os honramos con amor progreso en virtud y liberación de peligros.
KONTAKION PASCUA
Aunque descendiste al Sepulcro, Tu eres Inmortal; destruiste el poder del infierno y resucitaste como vencedor; oh Cristo Dios! Y dijiste a las mujeres miróforas: ¡Regocijaos! y a Tus apóstoles otorgaste la paz. ¡Tú que concedes la resurrección a los caídos!
ALELUYA Que el Señor te oiga en el día de las aflicciones; que el nombre del Dios de Jacob te defienda. ALELUYA-Oh Señor, salva a Tu Rey, y escúchanos en el día en que te invoquemos. ALELUYA
MEGALINARION Un ángel exclamó: «Oh, llena de gracia, virgen pura regocíjate! Otra vez digo: ¡Regocijate! Tu hijo se levantó de la tumba al tercer día «. resplandece, resplandece, Oh Nueva Jerusalén! para la gloria del Señor que brilló sobre ti. Alégrate y regocíjate ahora Sion; y tú, oh Madre de todo siempre pura, regocijate en la resurrección de tu Hijo!
CANTO DE COMUNION Tomad el Cuerpo de Cristo, probad de la fuente inmortal. ¡Aleluya!
PROKIMENON
El Señor es mi fortaleza y mi canción, y Él se hizo mi salvación.El Señor me castigó y corrigió, pero no me entregó a la muerte.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 6:1-7
En aquellos días, al aumentar el número de los discípulos, se quejaron los judíos de habla griega contra los de habla aramea* de que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos. Así que los doce reunieron a toda la comunidad de discípulos y les dijeron: «No está bien que nosotros los apóstoles descuidemos el ministerio de la palabra de Dios para servir las mesas. Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra.»
Esta propuesta agradó a toda la asamblea. Escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, un prosélito de Antioquía. Los presentaron a los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos. Y la palabra de Dios se difundía: el número de los discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. AMÉN
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 15:43-16:8
En aquel tiempo, José de Arimatea -miembro notable del Sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios- tuvo la audacia de presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Pilato se asombró de que ya hubiera muerto; hizo llamar al centurión y le preguntó si hacía mucho que había muerto. Informado por el centurión, entregó el cadáver a José. Este compró una sábana, bajó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en ella y lo depositó en un sepulcro cavado en la roca. Después, hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. María Magdalena y María, la madre de José, miraban dónde lo habían puesto. Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ungir el cuerpo de Jesús. A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al sepulcro. Y decían entre ellas: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?. Pero al mirar, vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande. Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas, pero él les dijo: «No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como él se lo había dicho». Ellas salieron corriendo del sepulcro, porque estaban temblando y fuera de sí. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.
¡CRISTO HA RESUCITADO! ¡ VERDADERAMENTE HA RESUCITADO!
